Coser una etiqueta a una prenda no tiene nada de épico, pero tampoco es tan banal como parece. Detrás de ese pequeño rectángulo de tela hay más de lo que uno imagina, una etiqueta personalizada puede representar tu marca, tu nombre o, simplemente, servir para que la ropa no acabe en el perchero equivocado del colegio. Y ya que vas a coserla, que al menos quede bien, ¿no?

Coser etiquetas para ropa paso a paso

Qué etiqueta elegir

Lo primero, y no menos importante, es elegir la etiqueta adecuada. Las hay tejidas, estampadas, impresas, de algodón, de satén, de cartón, de cartulina… Si vas a ponerla en una prenda delicada o infantil, lo ideal es que sea suave al tacto. Las tejidas, aunque algo más rígidas, son muy duraderas, y si estás haciendo ropa para vender, dan ese toque de profesionalidad que marca la diferencia. También puedes encontrar etiquetas termoadhesivas que se fijan con la plancha, pero si buscas algo más duradero, mejor el hilo de toda la vida.

Dónde coser la etiqueta

Elegir el lugar correcto para coser una etiqueta no es un detalle sin importancia. De hecho, puede marcar la diferencia entre una prenda cómoda o una que acaba arrinconada en el armario porque «pica».

Si hablamos de ropa para uso personal o prendas infantiles, la prioridad es clara: evitar el roce con la piel. Las zonas más delicadas, como el cuello, las axilas o la parte interior de la cinturilla, son precisamente donde más molestias puede causar una etiqueta mal colocada. En esos casos, lo ideal es coser la etiqueta en un lateral inferior o en la parte interior trasera, justo por debajo de la costura del cuello, pero asegurándote de que no sobresalga ni tenga bordes rígidos que puedan rozar. En prendas para bebés, incluso conviene optar por etiquetas externas o en zonas de poco contacto, como el exterior de la costura lateral.

Para quienes buscan un acabado más estético o están confeccionando ropa para vender, el lugar de la etiqueta también tiene una función visual. Las etiquetas de marca o decorativas suelen colocarse en lugares visibles: en el bajo de la camiseta, en el exterior del bolsillo trasero, o incluso en una manga. En ese caso, más que comodidad, lo que se busca es transmitir imagen de marca, por lo que no hay tanto problema si la etiqueta es algo más rígida.

En el caso de prendas como pantalones, faldas o chaquetas, las etiquetas interiores suelen ir en la cinturilla o en la parte alta de la espalda. Eso sí, siempre bien fijadas para que no se enrollen ni asomen por encima de la prenda, especialmente si se trata de ropa ajustada.

Otro punto a tener en cuenta es el tipo de tela. En tejidos finos, una etiqueta cosida con puntadas gruesas o mal rematada puede marcarse desde el exterior. Para evitarlo, puedes coserla únicamente por los extremos o usar hilo muy fino del mismo tono que la prenda. En prendas transparentes o semitransparentes, lo mejor es evitar etiquetas visibles y optar por soluciones más discretas, como etiquetas termoadhesivas en el dobladillo.

Y no lo olvides: si la prenda va a estar en contacto directo con la piel y no quieres que nadie esté rascándose cada dos por tres, asegúrate de que la etiqueta sea suave, bien cosida y sin rebordes que molesten.

Preparación antes de coser

Antes de lanzarte con la aguja, tómate un momento para sujetar la etiqueta con alfileres o con una pinza pequeña. Comprueba que esté recta y bien colocada. Parece obvio, pero más de uno ha tenido que descoser por no mirar dos veces. Una vez fijada, puedes empezar a coser.

Cómo coser una etiqueta a mano

Si lo haces a mano, no necesitas un máster. Usa una aguja fina y un hilo que combine con la prenda o con la etiqueta. Las puntadas deben ser pequeñas, firmes y lo más invisibles posible. Puedes coser solo por los extremos si es una etiqueta de tipo lazo, o todo el contorno si va completamente plana. No hay una única forma correcta. Lo importante es que quede bien sujeta y no se vea descosida a la primera lavadora.

Cómo coser una etiqueta con máquina de coser

En caso de que tengas máquina de coser y cierta soltura, puedes hacerlo a máquina sin problema. Usa puntada recta si quieres que quede discreta, o zigzag si la etiqueta lo permite y buscas algo más decorativo. Eso sí, no corras: cuanto más despacio y preciso vayas, mejor quedará.

El remate final

Al terminar, asegúrate de rematar bien el hilo. Da unas puntadas de refuerzo y corta el sobrante. Parece un paso menor, pero es lo que evita que al cabo de una semana la etiqueta acabe medio suelta y con hilos colgando.

Al final, coser una etiqueta es un pequeño gesto que dice mucho: cuidado, detalle, orden o incluso estilo. No cuesta nada hacerlo bien, y si te lo tomas con calma, incluso puede ser un momento relajante dentro del trajín del día.

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